Atención plena en cada transición
Antes de moverte, nota la presión en talones y dedos, la temperatura del suelo, la textura de la esterilla. Esa atención concreta apacigua la mente. ¿Te funcionó? Comenta una palabra que describa tu sensación ahora.
Atención plena en cada transición
Reposa y recorre mentalmente tu cuerpo, parte por parte, agradeciendo su esfuerzo. Este gesto sencillo reconfigura el diálogo interno. Guarda esta práctica y suscríbete para recibir una versión narrada de cinco minutos.
Atención plena en cada transición
Repite silenciosamente al inhalar: “Estoy aquí”; al exhalar: “Suelto”. El mantra guía la mente como un faro. Si creas uno personal, compártelo y cuéntanos qué emoción te ayuda a atravesar con más calma.
Atención plena en cada transición
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